Hay casos en los que perdemos el control por lo que comemos. Cuando hablamos de trastorno por atracón, nos referimos más allá de una ruptura de patrón alimentario que tiene el sujeto.
Suele caracterizarse por la ingestión de una cantidad de alimentos superior a la necesaria y la sensación de la falta de control sobre lo que se ingiere durante el episodio, a ello le acompaña una sensación desagradable tanto mental como física por la cantidad de alimento ingerido tras los atracones. No hay ninguna actividad de compensación como puede ser en una bulimia o anorexia.
Esta patología se asocia con mucha frecuencia con otros trastornos de ansiedad o depresión. Los alimentos que se ingieren en mayor medida son aquellos que nos producen mayor satisfacción a corto plazo, como son: azúcares, productos ricos en grasas e hidratos de carbono.
Puede haber diversas razones por las que iniciemos este problema de alimentación y lo mantengamos más allá por un placer inmediato de comer que hace que perdamos el control durante varios momentos al día o la semana.
Como en el resto de trastornos, se debe analizar la causa para conocer que hace que se produzca y establecer una intervención concreta que resuelva el impulso.
Pero siempre hay pautas que podemos seguir para mejorar. ¿Qué hacemos?:
- Analiza los cambios o preocupaciones que hayan aparecido en tu vida desde que aparecieron los desajustes alimentarios para afrontarlos.
- Anota tus hábitos actuales: cómo, cuándo, qué y con quién comes, así cómo te sientes con cada comida.
- Establece unos horarios de comida.
- Para y pregúntate fuera de esos horarios si realmente tienes hambre.
- Ante el impulso del atracón, busca una alternativa: bebe agua, sal a dar un paseo, haz una llamada, ordena tu casa…
- Practica el minful-eating. Comiendo de manera consciente, despacio y disfrutando de los sabores.
- Vete estableciendo metas y nuevos objetivos a corto plazo.
Os dejamos algunos ejemplos de planificadores para que podáis utilizarlos para mejorar el control por la comida aquí.