En muchas ocasiones y con la vida que tenemos hoy en día, una manera muy común de enfrentar las situaciones que nos crean dificultades es huyendo de ellas. La evasión es una estrategia de afrontamiento que nos hace desvincularnos de la situación real que nos genera una dificultad buscando la seguridad y calma en un mundo que no es real y huyendo de lo que nos genera el malestar.
El evitar la situación hace que no estemos enfrentado el problema de una manera adecuada, lo que nos genera nuevos problemas o dificultades añadidas al anterior.
Las formas de evitar enfrentarse a una situación, dificultad o problema complejo varían según la persona y su forma de gestionarlo, no todo el mundo trata de escapar de esas situaciones de la misma forma. Algunas personas pueden estar durante horas en las redes sociales y otras pueden tratar de llevar una vida de planes excesivos que les impidan tratar el problema.
Actualmente, con las necesidades creadas por la vida actual de redes sociales, viajes y la necesidad de ser un ser productivo todas las horas del día, la forma más habitual de huida consiste en estar realizando de una forma compulsiva todas las actividades relacionadas con aspectos como los anteriores, impidiendo que la introspección y la gestión de las situaciones difíciles puedan llevarse a cabo de una manera adecuada.
Otras formas más adecuadas de escapar de los problemas, ya sean cotidianos o de mayor gravedad, son las adicciones, ya que alteran nuestras capacidades cognitivas y producen una desconexión de nuestro yo que hace que ignoremos la realidad.
Como la mayoría de las conductas que realizamos, la evitación en determinados momentos, como unas vacaciones, un reto de series en Netflix o pasar un día demasiado enganchado al teléfono, no tiene porqué ser demasiado negativo, nos puede ayudar a tomar perspectiva o apagar un momento nuestra mente para enfrentarse al ritmo frenético de la vida diaria.
El verdadero problema radica en el momento en que esta técnica comienza a ser la salida para todos los problemas que tratamos de enfrentar y eso nos generar un problema mayor que cada uno de los que tratamos de gestionar mediante ese método.
Necesitamos ser conscientes de las estrategias escapistas que ponemos en práctica y si estamos poniéndolas en práctica para evitar enfrentarnos y tratar de resolver una situación.
Organizar un viaje para descansar y conocer un nuevo lugar es una forma de disfrutar de tu tiempo interesante, pero después de una mala semana necesitar irte lejos de la situación sin querer ser consciente que hay cosas que necesitas solucionar y tomas esta dinámica para “solucionar los problemas” te generará una dificultad mayor en tu vida diaria que cada vez será más complicada de mejorar.
Cuanto más tiempo dediquemos a escapar de una situación menos tiempo usaremos para analizar y buscar soluciones a lo que nos está generando el malestar. Es muy importante tener en cuenta que por más que tratemos de escapar a través de cualquier vía, los problemas no van a desaparecer si no nos enfrentamos a ellos. Mientras se continúe evitando el problema, la ansiedad y el estrés continuarán creciendo y ello te llevará a querer evadir cada vez más una situación que se torna más complicada de enfrentar. ¿Conoces esta conducta? ¿Has caído en ella en alguna ocasión?
“Las personas no pueden subsistir con la escasa satisfacción que pueden robarle a la realidad”
Sigmund Freud